martes, 30 de junio de 2009

Comunicación Eficaz: "La clave está en comunicarnos".

OBJETIVO GENERAL:
- Describir elementos claves para una comunicación efectiva a nivel interpersonal y grupal, en la prevención a la violencia en los alumnos de 8vo Grado de la U.E. “Módulo Rural de Belén”.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
- Definir elementos teóricos de la comunicación.
- Identificar modalidad adecuada e inadecuada de comunicación.

COMUNICACIÓN INTERPERSONAL.
Todo individuo forma parte de un grupo social: familiar, laboral, estudiantil, recreativo, etc., y mantiene relaciones con personas de diferente sexo, edad, religión, nivel socio-económico y educativo.
Las relaciones interpersonales dependen de la comunicación y afinidad que exista entre los miembros del grupo. Cada individuo en particular logra una buena comunicación y proyección social dentro de un grupo, de acuerdo con su grado de autoestima y desarrollo personal.
La persona que confía en sí mismo, valora sus capacidades y trata de mejorar o superar sus limitaciones, tiene un nivel de autoestima que le permite establecer buenas y perdurables relaciones interpersonales.
Los seres humanos nos comunicamos a través de la palabra (lenguaje verbal) y de los gestos (lenguaje corporal o gestual). La comunicación verbal y corporal debe mantener una armonía de forma tal que el mensaje verbal no sea negado por el gesto. Por ejemplo: cuando saludamos a una persona y nos responde que está muy bien, pero notamos en su rostro signos de contrariedad o angustia, está contradiciendo con su lenguaje corporal, con su gesto, el mensaje transmitido verbalmente.

ELEMENTOS DE UNA COMUNICACIÓN EFICAZ.
Para que la comunicación sea efectiva, debemos cumplir con las normas del buen hablante y el buen oyente:
Saber escuchar.
Mantener una actitud de atención hacia nuestro interlocutor.
No dar por sabido lo que el otro está pensando, quiere decir o desea expresar, sin antes consultárselo.
Mantener un lenguaje corporal o gestual, de acuerdo con la circunstancia y con el tema de la conversación.
Ser asertivo, es decir, expresar nuestros sentimientos y criterios a otras personas o grupos sin agredirlos verbal o gestualmente. Por ejemplo: cuando un amigo se acerca a comentarnos un problema y hacemos que le oímos, pero nos distraemos o le damos la espalda para saludar a otro, la comunicación se rompe, ya que hay un emisor del mensaje, pero el receptor o persona que lo recibe está distraída y no demuestra interés por la conversación.
Al hablar realizamos gestos que indican a nuestro oyente la actitud y el estado de ánimo en que nos encontramos.
Se han realizado investigaciones que demuestran que percibimos a través del lenguaje corporal la disposición de una persona ante cualquier situación; es por ello que nos damos cuenta cuando nuestra conversación no agrada, fastidia o no despierta interés en quien nos escucha. Por todo esto es importante asumir un lenguaje corporal acorde con lo que decimos y con las circunstancias en las cuales se desarrolla la conversación. Por ejemplo: Pedro invita a Juan a jugar pelota y éste le responde: “¡Sí, que chévere!”, pero al mismo tiempo le da la espalda para ocuparse de otra cosa, indicándole con su gesto el desinterés por ir a jugar, interrumpiéndose así la comunicación.
Los integrantes de un grupo pueden adoptar actitudes o modalidades inadecuadas de comunicación que dificultan o bloquean su relación.

MODALIDADES INADECUADAS DE COMUNICACIÓN.
- Tipo Juez:
El receptor (persona que recibe el mensaje) es un individuo que adopta una actitud rígida, enjuiciando a su interlocutor o a los involucrados en el problema que se le plantea; da respuestas inflexibles y sancionadoras, sin considerar las explicaciones que el emisor (individuo que da el mensaje) le ofrece. Esta modalidad de comunicación excluye toda posibilidad de comprensión del problema.
Por ejemplo: un alumno que siempre ha sido responsable deja olvidado en su casa un trabajo de investigación; le explica al profesor su problema y le ofrece entregárselo esa misma tarde, de ser posible. El docente hace caso omiso a sus alegatos y lo sanciona.
- Tipo Analítico:
El receptor analiza la situación que se le plantea, pero no ofrece soluciones.
Por ejemplo: una amiga plantea a otra un problema que confronta y ésta analiza todas las posibles causas del mismo, sin sugerir soluciones. Esta modalidad de comunicación no ayuda al emisor en la búsqueda de soluciones a su conflicto y provoca distanciamiento interpersonal.
- Tipo Sabelotodo:
El receptor se cree dueño de la verdad (sabelotodo) y considera al otro individuo inferior y lo descalifica.
Por ejemplo: una madre dice a su hijo que no utilice la patineta en la calle porque es muy peligroso y éste se disgusta. Al pasar los días, el niño comenta a su mamá que un compañero sufrió un accidente por utilizar la patineta en una avenida, mostrando gran preocupación y reconociendo el peligro de la situación. No obstante, la madre sabelotodo le responde:
“¡Yo te lo dije y tú no me creíste!”.
En este ejemplo la comunicación se rompe porque el niño se siente inferiorizado y defraudado, pues la madre no demostró una actitud de verdadero interés por el problema.
El receptor ha debido interesarse por la salud del amigo de su hijo y aprovechar la situación para reflexionar con él sobre el peligro de usar patinetas en la calle, reforzando así la actitud positiva del niño al reconocer el peligro de esta práctica.
- Tipo Moralista:
El individuo receptor adopta una actitud de enjuiciamiento moral ante cualquier situación que se le plantee. Por ejemplo:
“Una joven pide permiso para asistir a una fiesta, advirtiendo que llegará un poco tarde. Los padres cuestionan la salida argumentando que esto puede provocar comentarios negativos en los vecinos”.
Esta actitud rompe la comunicación, pues no se le dan a la joven argumentos válidos y el cuestionamiento no está basado en valores ético-morales reales o sólidos, solamente se piensa en este caso en el “qué dirán” y no en los peligros reales a los que puede estar expuesta la joven (asaltos, accidentes, etc.).
- Tipo Crítico:
El receptor mantiene una actitud crítica y cuestionadora ante toda situación que se le plantee.
Por ejemplo: Juan va a comprar un apartamento y le pide opinión a un amigo. Éste critica la compra, la ubicación y distribución del apartamento y no ofrece alternativas de solución, rompiéndose así la comunicación.
- Tipo Consolador:
El receptor es el individuo que lo comprende todo, restándole importancia a los problemas que no le atañen. Por ejemplo:
“Luisa le comenta a su hermana mayor que va aplazada en varias materias y ésta le responde “que no se angustie, que todo saldrá bien”, sin ofrecerle alternativas de solución al problema que confronta”.
Esta actitud crea distanciamiento en las personas, ya que la comunicación no aporta verdaderas soluciones ni favorece el acercamiento interpersonal. Lo correcto en este caso sería que la hermana ofreciera ayuda en la elaboración de un plan de estudio, estudie con ella y aporte soluciones que le permitan superar su bajo rendimiento escolar.

MODALIDAD ADECUADA DE COMUNICACIÓN:
Para que exista una buena comunicación interpersonal y grupal es indispensable saber escuchar y reflexionar sobre el tema o problema planteado.
Para lograrlo, el individuo que actúa como receptor debe motivar a su interlocutor a que:
- Exprese su sentimiento y tome conciencia de la forma en que lo afecta la situación que confronta. El receptor debe cuidarse de no emitir juicios sobre el problema o la actitud del emisor.
- Busque las alternativas de solución: para ello el receptor debe proponer varias ideas que puedan solucionar el problema planteado.
- Seleccione la alternativa que considere más conveniente, después de analizar las complicaciones, beneficios y consecuencias que puedan derivarse de la misma.
- Asuma las consecuencias que se deriven de la decisión tomada. Evalúe los resultados obtenidos y, de no ser satisfactorios, replantee el problema y busque nuevas alternativas de solución al mismo.

TOMADO DE:
LIBRO:
RODRÍGUEZ, Miguel Ángel. DE RODRÍGUEZ, Carmen Rosa. 8vo Grado Educación Básica. Educación para la Salud. Págs: 129-132. Editorial romor.
TRANSCRITO POR: LICDA. YURBI LARA.

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